15/02/2010 Digitalización legislativa
En ésta primera charla, Bañuelos fue consultada en varias oportunidades durante los noventa minutos que duró su alocución. “San Luís es la única provincia con infraestructura digital en el país. Estamos a la altura de España y Finlandia con un proyecto que se inició en el año 2006”, dijo.
Explicó en forma detallada el proceso que está en funcionamiento en el Tribunal de Cuentas y en el Poder Judicial. “Esto tiene un marco legal provincial y nacional, por lo tanto debe usarse. En la ULP lo hacemos desde agosto del año pasado” indicó.
La charla de la Rectora abarcó los dispositivos necesarios para soportar la aplicación de la rúbrica digital y la legislación vigente tanto a nivel nacional como provincial. En el encuentro estuvieron presentes, Claudio Poggi, titular del cuerpo legislativo, diputados, y personal de la Cámara. Respecto del proyecto para implementar la herramienta, Poggi indicó que, entre otros objetivos, se apunta a disminuir el uso de papel. “Gradualmente incorporaremos firma digital a los diferentes procesos. Simultáneamente, la Universidad hará el relevamiento del estado de situación de la infraestructura informática para saber cómo estamos para avanzar. Aspiramos que a fin de año gran parte de los procesos estén digitalizados”, sostuvo.
Asimismo, agregó que, probablemente, uno de los primeros procesos que se digitalicen será el sistema de rendición de cuentas, ya que el Tribunal de Cuentas pronto contará con firma digital. Además, señaló: “Avanzaremos hasta digitalizar el proceso más complejo, que es el de sanción de una ley. Sería muy importante que el legislador presente el proyecto con firma digital y en un documento electrónico, y que a su vez, se pueda enviar a comisiones de trabajo que tengan la infraestructura de la herramienta. De esta manera, se digitalizaría el proceso legislativo. Es decir, la sanción de las leyes, que es una de las partes fundamentales de este proyecto”.
En su presentación, la Rectora abordó los complejos procesos matemáticos que posibilitan la firma digital, los cuales brindan total certeza acerca del autor de un documento y su integridad. Luego de un recorrido histórico sobre la criptografía, la funcionaria indicó que en 1976 nació la criptografía asimétrica que se basa en dos clave: una pública y otra privada que sólo conoce su dueño. Lo que se ha encriptado con una, sólo puede desencriptarse con la otra.
“Si quiero dar certeza de que fui yo, y no otro, quien envió un mensaje, lo firmo digitalmente. Cuando lo firmo, lo encripto con mi clave privada, lo cual asegura que lo envié, porque soy la única persona que conoce esa clave. Con mi clave pública, el destinatario podrá corroborar, sin dudas, que soy el remitente de ese mensaje”, expresó Bañuelos.
Además, resaltó que sólo el usuario legítimo puede firmar el documento y nadie puede falsificar la rúbrica. La firma digital no se puede modificar, ni reutilizar. Es decir, cada vez que el emisor modifique un documento debe firmarlo nuevamente. Tampoco se puede alterar un documento después de ser firmado, ni el emisor puede negar que lo haya firmado.
Durante su exposición, Bañuelos comentó que los textos enviados electrónicamente pueden deformarse, ya sea por la intervención de terceras personas, o bien por errores en la transmisión. En este sentido, en el sistema existen funciones matemáticas (hash/digesto) que sirven para garantizar la integridad de los textos. Estos algoritmos calculan, para cada documento, un valor numérico que se transmite junto con el documento original. Al recibir el documento, el receptor calcula, nuevamente, el valor hash y si ambos valores coinciden (el del documento original y el del recibido) el documento no fue modificado.
Para firmar digitalmente se necesita contar con un dispositivo criptográfico que contiene las claves pública y privada, y un certificado digital. Una persona puede tener distintas firmas, que corresponden a distintos cargos y tareas que realiza. Para ello, debe contar con certificados extendidos por organizaciones que cuentan con la política de firma digital. Esos diferentes certificados y claves, que serán utilizados en distintas ocasiones, pueden contenerse en un mismo dispositivo. “Por ejemplo, si una persona presenta un reclamo ante un organismo por fallas de algún servicio en el hogar, la firma la haría como ciudadano. Pero si la misma persona reclama por un servicio en su empresa, podría firmar en carácter de empresario”, ejemplificó.
Bañuelos expresó que en el sitio www.pki.sanluis.gov.ar se puede encontrar toda la información sobre el sistema, tanto sobre la normativa, que forma parte de la infraestructura de firma digital, y los diferentes servicios, como la firma documentos y la verificación sobre la validación de los documentos firmados. “Estamos desarrollando una sala virtual de firmas, donde las personas podrán firmar un documento, con certeza sobre la hora y fecha de la firma, y la encriptación del documento, para quienes no tienen el sistema dentro de su organización. Además, seremos custodios de los documentos firmados y del hash”, concluyó.
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